PAZ Y BIEN a todos. Que la alegría del Señor de la Esperanza resucitado os acompañe en esta cincuentena de Pascua.
Ya han pasado los días intensos de la Semana Santa, en la que volvimos a llevar a nuestros Titulares por las calles de Alcalá, juntos en el mismo Trono, a hombros de una extraordinaria cuadrilla de hombre y mujeres que, a pesar de los pocos ensayos que han tenido, han cumplido hasta el final; acompañados también de parte de la Hermandad con ese hábito blanco y su capa morada. En fin, una continuidad que supo a novedad.

Durante la tarde del Lunes y el Martes, incluso del mismo Miércoles, el Trono fue estando dispuesto, con la Imagen de nuestra Madre de la Misericordia a los pies del hijo colgado del madero. A su alrededor cobró forma el Calvario diseñado por esta Junta, con el fin de dar más presencia al mensaje de la composición visual que iba a salir a la calle.

Y llegó el Miércoles Santo, nuestro gran día. Todo estaba ya listo y preparado: los Hermanos de Luz y los Anderos revestidos, esperando el momento, la Banda de CCTT "Padre Nuestro" de Palencia (todo un regalo para los oidos, por cierto) esperando en la Lonja, y a las 21:00 h, con la protocolaria apertura de las Puertas, por fin la Cruz de Guía apareció ante la abarrotada calle Tercia. El lógico murmullo se acalló cuando un toque de trompeta rompió la noche, invitándonos al Silencio (grande, muy grande Alex Villalba). Ahí ya los ojos no aguantaron mas su atesorada carga de lágrimas, y estas corrieron por las caras de propios y extraños.
Tras la Cruz empezó a salir el cortejo procesional, con los Hermanos de Luz y las Insignias. Y por fín, el gran momento, los Señores de Las Claras, en ese Stabat Mater compuesto encima del Trono, atravesaban la Puerta a los sones de la Marcha Real, bajando las rampas hasta la calle Tercia.


Las impresiones particulares ahí están; las de los medios de comunicación también. La multitud de fotos han corrido por Redes Sociales, y por diferentes soportes. Había mucha expectación con nuestra vuelta al mundo cofrade (y eso que no nos habíamos ido) y creemos que la impronta ha sido sobria, elegante, con gran estilo y recuperando el espíritu que hace 18 años llevó a un grupo de personas a erigir esta Cofradía.
Ya el Jueves Santo por la mañana tuvimos que desmontar todo y retornar las Imágenes a la Capilla del Convento, pero eso no significó el fin de los actos, porque el Sábado Santo (o "de Gloria" como se le denominó siempre) estuvimos en la Vigilia Pascual con nuestras monjitas, y el Domingo de la Pascua de Resurrección, a la caida de la tarde, también estuvimos con ellas rezando las Vísperas mas solemnes del año, con un invitado de excepción, nuestro Obispo D. Juan Antonio, que nos explicó en su breve homilía el significado del acto que estábamos desarrollando, y nos alentó a perseverar en el camino que esta Junta de Gobierno se trazó hace un año y que nos ha llevado de nuevo a ser una Hermandad, y a trabajar como tal.
Si te apetece ayudarnos, ser partícipe de todas estas experiencias, tienes nuestras puertas abiertas.