Un año más, el 6 de Agosto la Ciudad de Alcalá de Henares honra a sus Patronos, los Santos Niños Justo y Pastor que, según la Tradición nacieron en la vecina Tagonius (Tielmes de Tajuña) y recibieron martirio y muerte en el "campo laudable" de Complutum.
Prudencio, en su obra Peristephanon habla ya de los niños Justo y Pastor, que recibieron el martirio en tiempo de Diocleciano y bajo el gobernador Daciano. Prudencio, casi un siglo después de la muerte de los pequeños cristianos, incluye cuatro versos en el himno IV:
Sanguinem Iusti, cui Pastor haeret,
ferculum duplex geminumque donum
ferre Conplutum gremio iuuabit
membra duorum.
(La sangre de Justo con la de Pastor glorificará a Alcalá al tener dos sepulcros iguales donde se contienen sus preciosos miembros como don precioso).
Se cree que, al poco tiempo de haberse edificado unos altares dentro de una iglesia dedicada a los santos mártires, desapareció toda señal de los mismos, siendo Asturio, Metropolitano de Toledo quien, en sueños, recibió el aviso de que las reliquias estaban enterradas bajo unas ruinas. Mandó descubrir las tumbas de Justo y Pastor, y reedificó el templo, aunque diferentes sucesos posteriores hicieron aconsejable el traslado a distintos lugares (Huesca, Francia...), hasta que pudieron, finalmente, ser reintegrados al lugar de su martirio en el siglo XVI.
En la actual Iglesia Magistral se conservan sus restos, dentro de una urna, con relieves de plata y oro, así como la piedra en la que, siempre según la Tradición fueron martirizados.
Tras la Misa presidida por el Obispo de Alcalá, D. José Antonio Reig Pla, se oficializó la nueva Asociación Pública Diocersana Santos Niños Justo y Pastor, que viene a sustituir a la que, en 1924, funcionara ya en nuestra Ciudad, se entregaron las primeras medallas de los miembros (la primera, al Sr. Obispo), y se invitó a los que ya pertenecían a la anterior a que se sumaran a esta nueva (contacto: asociacionsantosjustoypastor@g mail.com) . Y después, la Procesión.
El trono procesional del Cautivo de Medinaceli fue el que se utilizó para el desfile (una carroza demasiado grande para una imágenes tan pequeñas, por cierto), y escoltado por los maceros del Ayuntamiento, acompañados por autoridades civiles y religiosas, entre ellos los seminaristas del Seminario Menor.
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