
Una costumbre de las Hermandades hace que, en estos días, las imágenes "marianas" vistan ropajes de luto, en señal de respeto por todos aquellos difuntos de nuestras familias, amigos y conocidos.
Nuestra Madre, María Santísima de la Misericordia, no iba a ser menos, y en los días anteriores a estas celebraciones lució un manto negro y un fajín multicolor, muy poco agraciado, a nuestro leal saber y entender, para una Imagen como la suya.
Afortunadamente, una decisión, acertada a nuestro juicio, del Hermano Mayor, encargando al mismo vestidor que ya hiciera el traje con el que se paseó en toda su realeza por las calles de Alcalá el pasado Miércoles Santo, hizo que la Señora de Las Claras luciera en todo su esplendor, como debe de ser.

Soy consciente de que estos comentarios no gustarán a ciertas personas, pero estoy seguro que a otras muchas sí, y que piensan líbremente, sin menoscabo de lo que puede suponer el resultado de su pensamiento.
Parafraseando a J.R. Rowling: "Tiempos difíciles se acercan, y muy pronto todos tendremos que decidir entre lo que es correcto...y lo fácil"
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