Podéis publicar vuestras dedicatorias y agradecimientos poniéndonos un comentario en esta entrada, y nosotros lo publicaremos aquí.

En contra de lo que muchos piensan, el verdadero saludo franciscano no es "Paz y Bien", que tiene su origen en la anécdota de un peregrino que pasó por Asís saludando a todos de  ese modo, antes de que naciera San Francisco. El saludo franciscano, como se explica en este artículo, tiene su origen en el Evangelio, más exactamente en el mandato de Cristo a sus apóstoles y discípulos, de saludar con la paz a todos los que encontrasen en su camino.
 
Fuente: Jacques Paul, Pace. Il saluto di pace,
Dizionario Francescano, Edizioni Messaggero, Padova 1983.

Para San Francisco y sus compañeros vivir el Evangelio suponía una imitación lo más fiel posible a la forma de vida de Cristo y de los apóstoles, con una destacada predilección por la predicación ambulante. Así, por ejemplo, las palabras que Cristo dirige a los discípulos cuando los envía a misionar son los textos que los franciscanos meditan  más ardorosamente, y de los que sacan aquellos consejos consejos que se adaptan directamente a la vida de ellos.

Estos versículos evangélicos se incluyen en la trama misma de las Reglas, en el capítulo que habla de la manera de ir por el mundo. En la primera Regla forman ellos solos casi la totalidad del capítulo. Los hermanos debían ajustarse a estos consejos. Así, "en cualquier casa donde entren digan primero: Paz a esta casa. Y permaneciendo en aquella casa coman y beban lo que les pongan delante" (cap. 14).  En este texto se puede identificar una cita de San Lucas, restringida, pero exacta en sus palabras. En la segunda Regla la intención es idéntica, pero la redacción es aún más esencial.

A esta paz, dirigida a las casas donde entran los franciscanos, se añade un saludo idéntico para todos los que se cruzan en su camino. Francisco escribe en el Testamento: "El Señor me reveló que dijésemos este saludo: El Señor os dé la paz". Esta práctica va más allá de la prevista en las palabras de envío de Jesús a los discípulos, pues proviene de Francisco y de su inspiración. Podemos pensar que deriva del texto evangélico, y que completa sus recomendaciones. Sabemos igualmente que Francisco, desde los comienzos, empezaba sus sermones deseando la paz: "En cada predicación, antes de transmitir la palabra de Dios al pueblo, les deseaba la paz diciendo: El Señor os dé la paz" (1Cel 23). En 1Cel. y en 3Comp, este saludo de paz al comienzo de la predicación parece conectar con la meditación de los textos evangélicos relativos al envío de los discípulos para la misión, que Francisco ya había descubierto antes. En pocas palabras: los saludos de paz parecen tener el mismo origen y significado.

El significado de estos diferentes saludos de paz sólo se explican en un pasaje de Tres Compañeros. Francisco decía a sus compañeros. "Que la paz que anunciáis de palabra, la tengáis, y en mayor medida, en vuestros corazones Que ninguno se vea provocado por vosotros a ira o escándalo, sino que por vuestra mansedumbre todos sean inducidos a la paz, a la benignidad y a la concordia. Pues para esto hemos sido llamados: para curar a los heridos, para vendar a los fracturados y para corregir a los equivocados." (3Comp 58).

La paz que los franciscanos tienen que tener en su boca es la de su corazón. Es la paz interior, la que ellos han conquistado. El escándalo y la ira que ellos podrían provocar si faltaran estas buenas disposiciones, refleja, evidentemente, el vocabulario de las Admoniciones. Escándalo e ira son la realidad de los que no saben conservar la paz... Esta paz que los franciscanos llevan en su corazón es la del comentario de la Admonición 15 a la bienaventuranza de los pacíficos.

Francisco compromete a sus hermanos a anunciar la paz y a dar testimonio de la dulzura, que se convierte en el medio para atraer a todos los hombres a la paz verdadera, a la bondad y a la concordia. Esta finalidad conlleva la reconciliación entre los hombres, en los mismos términos de la paz medieval. El modo que Francisco impone a los hermanos es el que él mismo les había enseñado, haciéndoles cantar el Cántico con una estrofa sobre la paz, cantada en presencia del podestà o regidor de Asís y del obispo. El saludo de paz es el esbozo del mismo diseño. Puede ser el principio del renacimiento espiritual que lleva finalmente a la concordia. La vocación franciscana presentada por Francisco de manera metafórica hace clara alusión a la oveja perdida, es decir, al pecador que se desvía y que necesita reconciliarse con Dios. Las llagas y los miembros fracturados son más bien una evocación de los conflictos humanos y de sus consecuencias: el odio, la ira y todos los sentimientos desencajados de la turbación. Francisco, conscientemente, va sembrando el camino de fermentos de concordia, sabiendo además que sus hermanos son un testimonio vivo de ello.

El saludo de la paz hecho a imitación del Evangelio, como primera palabra que los franciscanos dirigen a los demás, se esfuerza en hacer que el corazón se abra a la paz, es decir, a esa fuerza espiritual interior que es principio de renovación moral y civil. Esta primera palabra pretende hacer entrar en los planes de renovación entre los hombres, mediante la profundización interior y el Evangelio, del que la Orden franciscana da un testimonio colectivo.

Dos textos evangélicos, con sentido probablemente idéntico, parecen permitirnos dos modos de acercarse a la paz. Hay que notar que en Francisco ambos se funden en una misma experiencia de la paz. La paz interior de la bienaventuranza, y la que se proclama en plenitud y se dirige a cualquiera, forman una sola y única realidad.

La coherencia está en el hecho de que Francisco no es un pacificador en el verdadero sentido de la palabra. A él no le compete la obligación de negociar acuerdos, de equilibrar concesiones ni de recibir juramentos. Este papel es noble, pero no es el suyo. A él le corresponde crear las condiciones espirituales que permitan a cada cual tener el empujón necesario para optar por sí mismo a favor de la paz y la concordia. El Evangelio que alimenta esta meditación espiritual consiente también hacer frente a los acontecimientos.

Francisco sabe bien que la paz puede pasar del corazón de sus hermanos al de cada hombre. Él les da una misión de paz cuando los envía de dos en dos a predicar (1Cel 29). Él tiene un plan de paz para el mundo (1Cel 24), y esta empresa abre las puertas del reino de los cielos. El saludo de paz de los hermanos descansa en la experiencia de la bienaventuranza evangélica de los pacíficos. El punto fundamental es, con toda seguridad, esta paz que predomina por encima de todo.

JACQUES PAUL


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Breve exposición sobre las diferencias entre Cofradía, Hermandad y Archicofradía
Quizá en más de una ocasión, muchos nos hemos preguntado las diferencias entre Cofradía, Hermandad y Archicofradía. Al hablar de Hermandad o Cofradía en público, quizá también hemos dudado a la hora de emplear ambos términos de forma correcta.

Para disolver estas pequeñas dudas de cofrade, y sin ánimo de sentar cátedra o parecer pretencioso, vamos a exponer brevemente las diferencias entre ambas.


1.- Significado y función de las Cofradías y Hermandades

Las Cofradías y Hermandades son Asociaciones Religiosas legalmente constituidas. Así por ejemplo las de Semana Santa (Penitenciales), las del Santísimo (Sacramentales), las de Gloria (Sagrado Corazón, María Auxiliadora, Rosario, Ntra. Sra. del Carmen, etc.), encuentran toda su razón de ser en el Culto sagrado a Imágenes, Sacramentos, Signos religiosos como la santa Cruz, el Rosario, el Escapulario etc.


2.- Diferencia entre ambas

LA COFRADÍA.-

Las cofradías se crearon para integrar en ella a individuos de una determinada profesión, orden social o grupo étnico. De esta forma, las primeras cofradías eran tales como: "Cofradía de pescadores", "Cofradía de comerciantes" etc. Su ámbito siempre era correspondiente a una localidad. Su actividad y dedicación se regulaba mediante unos estatutos muy sencillos.

LA HERMANDAD.-

La Hermandad en cambio fue creada para integrar en ella a individuos de diferentes profesiones, tipos sociales y razas. Igualmente con carácter local, también se regulaba con unos simples estatutos, y no había diferencia alguna con la cofradía salvo la diferencia sustancial de sus componentes.
Era frecuente, que una Cofradía, con el tiempo, se convirtiese en Hermandad, al admitir dentro de ella a individuos de otras características sociales. Eso dependía de las decisiones de los Presidentes y Juntas Directivas de las Cofradías y de su ánimo de integración social o expansión. Incluso en este último caso, algunas tienen en su nombre las dos denominaciones.
Hoy en día, las cosas han cambiado. No existe ya diferencia social ni jurídica entre Cofradía y Hermandad, y el nombre que ostentan hoy es simplemente el que se establece al fundarse la misma. Principalmente viene dado por el origen o recuerdo histórico que se le quiera dar a la nueva Cofradía o Hermandad. La modernidad ha acabado con todas las diferencias.
Se rigen las dos por unos Estatutos más complejos, y ambas Asociaciones son de carácter canónico y público, debiendo estar sus Estatutos aprobados por el Obispo de la Diócesis correspondiente, y posteriormente inscritos en el Registro de Sociedades Civiles del Estado.
Como están completamente unificados sus Estatutos, el modelo de estos es común para ambas. El nombre de una u otra sólo depende ya de que en el momento de fundarse, y al tener en cuenta las bases históricas por las que se funda, se elija un nombre u otro, es decir o Cofradía o Hermandad. Pero no es ninguna superior a la otra ni en categoría, ni en dignidad ni hay diferencia en el aspecto jurídico ni en el religioso o social.

LA ARCHICOFRADÍA.-

Según la RAE, la Archicofradía es una Cofradía más antigua o que tiene mayores privilegios que otras, o título de ciertas Hermandades. Es un orden superior a la simple Cofradía, gozando del privilegio de poder agregarse a otras pías uniones, mediante la autorización de la Autoridad Eclesiástica.
Según el Código de Derecho Canónico promulgado en 1917 (CIC), las Archicofradías eran aquellas Cofradías que gozaban de un indulto apostólico para poder agregar a otras, con el fin de hacerlas participes de sus gracias, indulgencias, etc., sin que tuvieran otra mayor vinculación, quedando todo bajo el régimen general del CIC para las Cofradías. Se otorga por medio del título concedido por el Sumo Pontífice, normalmente en forma de bula ó breve.
Ciertamente el título no tiene nada que ver con que exista una fusión de varias cofradías. Es una definición que se ha divulgado, con mucho éxito por cierto, pero que no es correcta. Habrán confundido la potestad de agregarse filiales con la fusión. Es evidente que hay cofradías fusionadas que no son archicofradías y archicofradías que nunca han participado en una fusión. Tan sólo si una de las fusionadas fuera ya con anterioridad Archicofradía la resultante podría usar dicho título (aunque siempre que se respeten las condiciones del otorgamiento).
Tampoco recibe una Hermandad ese rango por el sólo hecho de ser origen de otras hermandades, pues si todas las que tengan filiales se convirtieran ipso facto en Archicofradía, toda filial tendría los privilegios de su principal y ésta sería una Archicofradía. Pero sabemos que el Código Canónico prescribe que sólo las archicofradías transmiten sus privilegios a las filiales, luego hay filiales a las que no se comunican los privilegios de su matriz, y por lo tanto principales que no son archicofradías. El silogismo es imposible y el planteamiento falso por reducción al absurdo.
En cualquier caso, más absurdo sería que cualquier Hermandad pueda convertirse en Archicofradía simplemente creando una filial, cuando sabemos que la norma canónica reserva la concesión de tal privilegio al Sumo Pontífice. Por eso, no nos extrañe que la Matriz del Rocío de Almonte tenga filiales y no sea Archicofradía.

El título puede ser concedido tan sólo por el Papa:
  • de manera meramente honorífica para una entidad en particular.
  • para una confraternidad universal de una determinada advocación.
  • o a todos los efectos a una Hermandad concreta con la facultad característica de comunicar ciertos privilegios mediante agregación.
Fuentes consultadas.-

- Foro Católico (Rvdo. Padre Alfredo Vallina O.P.)
- Foro” El Cabildo”

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“Qué significa hoy en la Iglesia hacer ‘Estación de Penitencia’ para una Hermandad?”. 
Intentaremos contestar a esta cuestión a través de ocho puntos de reflexión:

1º.- ¿QUÉ ES UN NAZARENO?

Salir de nazareno es una cosa muy seria: Es como hacer un acto público de Fe en Jesucristo. Cada nazareno es una persona que va gritando, a pesar de su silencio: “Yo soy cristiano”. El antifaz no nos deja ver la cara de quien “va dentro”… Y es mejor, porque algunos “tienen mucha cara” saliendo de nazareno sin preocuparse de llevar una vida cristiana. ¿Eres tú así?

Vestirse de nazareno es como revestirse de Cristo. Nos recuerda la vestidura blanca y nueva del Bautismo, cuando decidimos seguir a Jesucristo.

Salir de nazareno significa también hacer penitencia por todo aquello que nos impide parecernos a Cristo. Creo que es mejor “ser” nazareno que “salir” de nazareno.


2º.- HACER “ESTACIÓN DE PENITENCIA” A LA IGLESIA CATEDRAL:

La “Estación de Penitencia” consiste en ir en procesión desde la Parroquia de vuestra Cofradía hasta la Catedral. Creo que es muy importante para un nazareno entender muy bien el significado de este gesto. La Catedral es símbolo de la Iglesia del Cielo hacia la que todos los cristianos nos dirigimos. Hacer “Estación en la Catedral” es reconocer cuál es nuestra meta: El Cielo. ¡Allá vamos!

Una Cofradía que se dirige a la Catedral, es imagen de la Iglesia: Pueblo de Dios en marcha, luz del mundo (cirios), signo de salvación (tras la cruz), iglesia peregrina, testigos de Cristo. Así, el hacer “Estación en la Catedral” revela a los nazarenos una verdad como un templo: Se sigue a Jesucristo en la comunidad de la Iglesia.

3º.- “ESTACIÓN DE PENITENCIA”:
Salir de nazareno es una penitencia: Calor o frío, cansancio, resistencia, dolor, incomodidad prolongada, etc… La penitencia del cristiano es: Mortificación aceptada como expresión de la conversión del corazón.
Algunos nazarenos salen para cumplir una promesa: Descalzos, con una cruz, o simplemente de nazareno. Ahora bien, sin la conversión al Evangelio la penitencia se reduce a un “alarde” o a una prueba de resistencia.
El nazareno completa en su carne la pasión redentora de Cristo. “Ayuda” a Jesús a llevar su cruz. Por eso, un nazareno nunca debe olvidar que la mejor penitencia es: Hacer la voluntad de Dios cada día y celebrar el Sacramento del Perdón y el Sacramento de la Eucaristía antes de la Estación Penitencial.

4º.- MANIFESTAR LA FE CRISTIANA:
Una procesión es como una manifestación…pero de Fe. La procesión dura sólo unas horas. La Fe dura toda la vida. Muchos nazarenos saben que no basta tener Fe, sino que hay que manifestarla también: En la “Estación de Penitencia” y, sobre todo, en la vida de cada día.
Y hay algunas actitudes que convierten una procesión en manifestación de fe y que hay que tener muy presentes: Seriedad y silencio. Ir rezando. Espíritu de entrega y de sacrificio. Ir revisando la propia vida. Fidelidad a la Regla de la Hermandad.
Algunos turistas “admiran” nuestras Cofradías como un espectáculo pintoresco. De los hermanos y hermanas de las Cofradías depende el que aparezcan como una expresión de religiosidad y de fe cristiana madura. ¡Aquí hay una gran tarea que realizar!

5º.- EL DECÁLOGO DEL NAZARENO:
. El buen nazareno no deja para última hora retirar su papeleta de sitio.
. El buen nazareno se ocupa de tener listos: túnica, antifaz, capirote…
. El buen nazareno acude a su templo puntualmente, en silencio y con el antifaz (por el camino más corto).
. El buen nazareno celebra el Sacramento del Perdón y el Sacramento de la Eucaristía antes de hacer “Estación de Penitencia”.
. El buen nazareno tiene enorme paciencia con la gente.
. El buen nazareno reza, medita y calla tras la cruz (de guía).
. El buen nazareno obedece al celador o al diputado de tramo.
. El buen nazareno es fiel y constante hasta el final.
. El buen nazareno no da caramelos, sino testimonio de su Fe.
. El buen nazareno no acaba nunca su Estación: Es creyente toda la vida.

6º.- SALIR DE “PENITENTE”:
Los “penitentes” no llevan capirote. Cargan con una cruz, como Jesús. Jesús dijo: “El que quiera seguirme tome su cruz cada día y me siga”. Por eso, los penitentes muestran a todos que el camino del cristiano es el camino de la cruz. El buen penitente lleva la cruz con garbo, pero sin ostentación. Lo difícil es llevar así la cruz de todos los días.
Si tú eres penitente piensa que es bueno llevar la cruz no sólo por ti, sino también por los que no llevan o no pueden llevar la suya. Y no olvides que llevar una cruz es fácil. Lo difícil es hacerlo como Jesús y hasta donde la llevó Jesús.
La cruz desemboca en la resurrección. La muerte engendra vida. El sufrimiento redime. Tu cruz puede ayudar a muchos…

7º.- LOS HERMANOS COSTALEROS:
Muchas Hermandades tienen sus propias cuadrillas de costaleros, que son hermanos. Jesús dijo: “Llevad los unos las cargas de los otros”.
Algunas veces los costaleros ven premiado su esfuerzo con los aplausos: Es el premio de su trabajo. Pero, conviene que no olviden que el mejor premio es el Cielo tras la larga “chicotá” (¿se dice así?) de una vida auténticamente cristiana.
El hermano costalero es un nazareno sin antifaz: De los que van por la vida dando la cara. ¿Eres tú así?
A la Virgen le gusta que la “mezcas”. Pero, mucho más que sigas a su Hijo Jesucristo.
El buen costalero nunca retira sus hombros de las trabajaderas… ni siquiera después de la “Estación de Penitencia”: Es toda su vida un trabajador en la construcción del Reino de Dios.

8º.- LA CRUZ HA PERDIDO PARA MUCHA GENTE SU VERDADERO SIGNIFICADO. ¿POR QUÉ?
La Cruz de Jesús no fue un símbolo de dignidad, de poder y de triunfo, sino exactamente al revés, un símbolo de humillación, de debilidad y de fracaso. La crucifixión era la pena de muerte que se les daba a los esclavos que se escapaban de sus amos y a los revolucionarios que atentaban contra el Imperio Romano; y era, por eso, “la más vergonzosa de todas las penas”, como se decía entonces. En consecuencia, la cruz no era un objeto sagrado, sino todo lo contrario: un objeto de maldición y condena. Por eso, Jesús no murió en el templo, sino en la calle; ni murió en una ceremonia sagrada, sino en el acto más repugnante, porque aquello fue lisa y llanamente la ejecución de una condena a muerte. Y, por cierto, la muerte que se les daba a los que se sublevaban contra el poder político y a los que atentaban contra el orden establecido.
De donde se sigue que los cristianos debemos ver la cruz como el símbolo de los que no están de acuerdo con los atropellos y las injusticias que cometen los poderes de este mundo, como el símbolo de los que no se conforman con que la vida esté tan mal organizada y a base de que unos atropellen a otros.
Y entonces, cuando la cruz se ve de esa manera, o sea cuando la cruz se ve como lo que en realidad fue para Jesús, vuelve a ocurrir lo que ocurrió entonces: la cortina del templo se parte de arriba abajo. ¿Qué quiere decir esto? En el sitio más santo y más sagrado del templo de Jerusalén había una cortina enorme; y los judíos se pensaban que detrás de aquella cortina se ocultaba Dios (2 Mac. 2,1-10). Pero, al morir Jesús en la cruz, la cortina aquella se partió en dos y así Dios dejó de estar oculto. O sea, cuando Jesús murió de aquella manera, Dios se dio a conocer y se manifestó abiertamente. Lo cual quiere decir que cuando un creyente hace lo que hizo Jesús y se porta como Él se portó, Dios deja de estar oculto y se hace cercano a la gente. Porque entonces pasa lo que le pasó al Capitán de los Romanos: “Verdaderamente este Hombre es el Hijo de Dios” (Mt 27,54).
Creo que lo distintivo de la Fe cristiana frente a otras religiones y humanismos es Cristo mismo, es decir, la adhesión confiada y el seguimiento fiel a su Persona.
En definitiva, el cristiano está llamado hoy a vivir una Fe “humilde”, que mira a la tierra y se preocupa por mejorarla (“humilde” viene de “humus”, que significa “tierra”); una Fe “lúcida”, que es tolerante sin ser indiferente, comprometida sin ser fanática; una Fe “firme”, que no se disuelve en cualquier cosa; una Fe “confesante”, que no adopta una postura de cruzada, pero no se avergüenza de presentarse en público y de actuar según las propias convicciones. A esta hermosa tarea de ser cada vez mejores cristianos invitamos a los hermanos y hermanas de todas las Hermandades.
¡A D E L A N T E¡
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Queridos hermanos os quiero agradecer todo el esfuerzo que habéis hecho para que este recorrido de penitencia haya culminado con éxito en todos vuestros corazones especialmente en el mío. Por que habéis demostrado que sois capaces de mucho más.
También muy especialmente a esos anderos que han venido de otras cofradías para ayudarnos a realizar nuestras ilusiones para que nuestro cristo y nuestra virgen salieran este miércoles santo a las calles de Alcalá de henares.
No quiero olvidarme de los nuevos anderos que no habiéndose metido nunca en un paso de anderos y viendo la falta que nos hacia, no lo han dudado ni un momento y se han metido debajo de esas trabajaderas que tanto esfuerzo hay que realizar para poder cargar con nuestras imágenes.
He visto en todos vosotros durante los pocos ensayos que hemos realizado que os habéis
Esforzado con nobleza y con mucha seriedad, habéis trabajado muy duro y he visto el sufrimiento en vuestros rostros, sin quejas sin rencores os habéis incluso lesionado pero habéis seguido.
Me siento también muy orgulloso del compañerismo que habéis demostrado en todos los momentos dentro y fuera del paso en los ensayos y en la estación de penitencia.
No hay mayor honor para un capataz ver a sus anderos portando su cristo o virgen con tanto sentimiento y responsabilidad.
Como agradecimiento por todo vuestro esfuerzo, sentimiento y devoción que habéis tenido hacia vuestro cristo y vuestra virgen, os doy las gracias y también lo quiero hacer de una forma muy especial y es dedicaros un “versillo” que lei ya hace mucho tiempo, me gusto y quiero compartirlo como agradecimiento hacia vosotros.
Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio en la mente del hombre agradecido.
Muchas Gracias
Ha sido un honor ayudaros a conseguirlo.
Hermanos Anderos/as ¡ Todos por igual Valientes ¡
Vicente Cuellar
30/03/13 23:59

Como una golondrina entro en el patio del convento,
con sones de cornetas y tambores .
Desde un rincón del patio de las Madres Carmelitas ofrezco un homenaje a los Anderos del Cristo de la Esperanza y Virgen de la Misericordia.
Que con paso al frente se echa su trono a hombro
caminando con paso firme y una carga pesada.
Se manifiesta con sentimiento y fe , por amor a un
Cristo y a su madre la Virgen María.
¡¡ Esto y no otros son los momentos especiales de la
de la Semana de Pasión !!
Donde se pone de manifiesto el sentimiento de unos
hombres que portan a su Cristo y su Virgen .
En su discurrir se oyen los sones de cornetas y tambores
de su Cristo que va crucificado y fijado en una cruz de
madera , sobre un monte de Claveles rojo y Lirios Morao,
siendo amado por un pueblo que lo aclama y le reza un rezo en silencio.
Anderos que llevas sobre tus hombros los sentimiento de
un pueblo que convierten en valles de lagrimas cuando camina
por una calle cualquiera y sus devotos al pasar el paso palpan
ese monte de Claveles Rojos y Lirios Morao.
Todo ello dirigido por la figura de un capataz , porque a si lo
ha querido Dios , que a través de una levanta lo suba a su
Cielo y poder hacer todos los años un Miércoles Santo Grande.
¡¡Que bonito es ser tu andero!! donde en el caminar, no sientes ni el dolor, ni el peso, ni la fatiga.
Por que desea que su ciudad “ Alcala” vea su Cristo y a su
Virgen de la Misericordia que con la emoción contenida ofrecen su silencio en el andar.

Creo que no existe definición exacta ni concreta , que pueda resumir las sensaciones que se viven bajo un trono en la que pasa de las emociones al llanto, desde la pasión al frenesís, y desde la ilusión a la alegría.
Donde en mis recuerdos conocí a un hermano costalero de la Virgen Soledad y capataz , del Cristo de la Esperanza y el Trabajo Paco Macias.
Persona querida por todos , con unos valores humano que han quedado en lo mas profundo de los corazones , de manera que perduran en el recuerdo y sigue estando con nosotros en cada estación de penitencia, acompañándonos desde el Cielo en cada Semana Santa.
Es “el referente ”de esos momentos mas emotivos de la estación  de penitencia en la que el Cristo sale al patio del convento.
Sin embargo, aquellos que vivían como él , la procesión desde su interior, dicen que los momentos mas especiales se producen en el ultimo tramo, aquel en el que el Silencio es mas profundo y la noche es mas oscura.
Es hora de partir y con un toque de campana, os deseo buena estación de penitencia en este día tan importante para todos
A su Hermano Mayor que de corazón le deseo lo mejor de este gran día su Miércoles Santo.
Un abrazo a todos de este humilde cofrade.
Fdo. FERNANDO RUANO GARCIA

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